El bicentenario y yo

Sábado a la mañana, sin nada mas interesante que hacer, fui (obligadamente, claro) a los festejos del bicentenario. El auto hubo que meterselo en el culo, digo, dejarlo a un par de cuadras y viajar en ese "transporte humano" que algunos llaman "subte" porque estaba lleno de gente hasta las bolas. El viaje en subte fue algo parecido a un matadero de chanchos; un olor a encierro, a transpiración, lleno de gente que se te apoyaba y vos sentías que te tocaban hasta la planta del pie para entrar, y muchas otras cosas que odio con todo mi enorme y puro corazón (tengase en cuenta que de verdad odio viajar en transportes públicos, DE VERDAD). Cuando salí de todo ese junte de gente y pude respirar aire puro fue como... la gloria en mis manos. Moviendo un poco las piernas llegamos al "evento" y me encontré con "MAS GENTE". No hace falta aclarar mis comentarios del momento y las respuestas de mis viejos. En fin, tratamos de ver algo y no se vio una mierda, nomas la punta de la "espada-pistola" de los soldados que desfilaban. Una caca total. Después nos movimos devuelta para lograr ver algo, pero como siempre las cabezas de la gente tapaban todo y no te dejaban ver nada. Yo creo que gracias a mis comentarios "lindos" acerca de la experiencia la que estábamos viviendo en ese momento, y también gracias a que había un clima de mierda, nos rendimos y nos fuimos sin ver nada, y maldiciendo la mala organización que hubo.

Ya se que sueno como una persona que odia todo, y es mas, lo soy :)

A todo esto, yo iba con auriculares de principio a fin.  
Ju.