Hoy, inesperadamente esperando para comprar en un kiosco, resulté vivir algo -quizás muy 'nada'- pero que me alegro. Hay gente más -sí, aun más- loca que yo.
Se acerca una señora a la puerta del kiosco antes que yo, y le interroga al dueño:
- ¿Qué regalo le puedo hacer a una señora de 40 años?
El chabón estaba re WTF -igual que yo- y rápidamente le responde:
- Y no sé, una remerita.
- Pero no sé el talle -le responde la señora no muy cuerda-.
- Y, mmm... la verdad no sé.
- ¿Una billetera? -le interroga la mujer de golpe.
- Si -afirma nervioso el vendedor-. Eso, una billetera.
- Muchas gracias -agradece y sigue su camino, como si lo que acabara de hacer fuera lo más normal del mundo.
Cuando la mujer se fue, me adelanté a su lugar y miré al vendedor, mordiéndome la lengua lo más que podía, intentando no reírme (porque, o sea, la vieja tenía problemas)
- ¿Me das ese chocolate Milka blanco? Gracias.
OK... wtf.
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